ADICCIÓN A LOS VIDEO-JUEGOS
Todos los
que escriben, leen o se interesan por el mundo de los videojuegos sienten una
verdadera atracción sobre ellos, al igual que por sus plataformas y compañías
desarrolladoras. Jugar es algo muy saludable y permite tanto evadir como
distraer del posible estrés acumulado. Sin lugar a dudas, para todos nosotros
es algo bueno. Sin embargo, el hilo que separa el vicio de la adicción es muy
fino, y de romperse se puede caer fácilmente a una trampa calificada por muchos
médicos como enfermedad.
El juego
fue creado para entretener y divertir a las masas, con tal de distanciar la
mente de la realidad y permitir una desconexión de nuestros quehaceres,
preocupaciones y obligaciones. Como todo en la vida, debemos aprovechar y
disfrutar de las cosas que nos gustan en su justa medida, teniendo claro que
los abusos son capaces de pasar factura. Estos abusos, en el sector de
videojuegos que nos ocupa, pueden llegar a saturar nuestra mente creando una
distorsión de la realidad que se apoderará de nosotros si no somos capaces de
frenar las horas de juego diarias.
EL JUEGO COMO VICIO
seguro que
todos los gamers tienen algún vídeo juego al que le han dedicado incontables
horas diarias a lo largo de distintas semanas.
Es una actitud
perjudiciosa ya que automáticamente, dejamos de ser quienes controlamos el
juego a ser controlados por el ansia de jugarlo.
Pese a
ello, al finalizarlo salimos de esa burbuja por la que sentíamos tanta
atracción y volvemos rápidamente a poner los pies sobre el suelo. Debemos ir
con cuidado ya que hemos sido tentados por la adicción, aunque el vicio nunca
será malo hasta que no caigamos en la trampa oscura que se esconde al final del
túnel.
EL DAÑO DE LOS VIDEO-JUEGOS ONLINE
El mayor
exponente a la adicción.
Sin duda
alguna, estos juegos están potenciando el vicio descontrolado y sin medida de
muchos jugadores alrededor del mundo. Los más perjudiciales en este campo son
los juegos de rol. Su gran atracción, motivación de auto superación y la
posibilidad de competir con millones de usuarios fomentan una adicción que
puede llegar a ser preocupante, convirtiéndose incluso en una enfermedad.
GRAVES CONSECUENCIAS
Como
decimos, la adicción puede superarnos hasta llegar a convertirse en una enfermedad.
No es algo que afirme un servidor, sino que es una realidad expresada por
distintos médicos que comprueban cambios en la psicología de los afectados.
Adicción
desde jóvenes estos jugadores que pasan horas ante sus ordenadores o consolas,
se mantienen en una fuerte tensión constante, volcando cada uno de sus sentidos
en la causa que les ocupa. Esto conlleva una fuerte fatiga mental que puede
llegar a declinarse en cuadros depresivos y/o de ansiedad. Estas mismas
personas, una vez apartadas de sus máquinas, distan vagamente la realidad del
juego y, mayoritariamente, presentan claros síntomas de agresividad.
Pero no
sólo nos encontramos con una controversia mental, sino que también puede haber
daños físicos tales como tendinitis, dolores oculares o de cabeza por culpa de
los largos tiempos que se emplean en el juego.
RECOMENDACIÓN
PARA DEJAR ESTE VICIO
Si se llega
al extremo, deberemos intentar evitar el juego por voluntad propia y de no
poder, pedir ayuda a gente especializada que nos aparte del problema.
Pensemos
que habitualmente, la persona enganchada no admite estarlo, y generalmente
niega que esto sea un problema afirmando dejarlo cuando él precise.El trabajo
es hacerle ver la realidad o que nos la hagan ver a nosotros, si somos los que
no percibimos la adicción.
CONCLUSIÓN
Juego
online de Sheldon Por norma general, el juego no es malo al igual que no lo es
sentir ganas de jugar. Es una evasión de nuestra vida real y una forma de
divertirnos. Podemos mantener una atracción hacia ellos siempre que sepamos
controlar nuestros límites y seamos conscientes de las repercusiones que puede
tener hacia nuestra persona.
Por contra,
la adicción no deja de ser un problema, y más cuando no somos conscientes de
que hemos sobrepasado los límites. La forma de controlar este problema es
ocuparse con actividades productivas que puedan sustituir plazos de tiempo
delante de la tele, ya sea lectura o el deporte, entre otras muchas cosas. Lo
importante y adecuado es buscar una solución.